BILIS, DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE GRASAS


Formación y secreción de la bilis


Los hepatocitos del hígado sintetizan los constituyentes de la bilis (sales biliares, colesterol, fosfolípidos, pigmentos biliares, los iones y el agua). 


Las sales biliares: Constituyen el 50% del componente orgánico de las bilis. Los hepatocitos sintetizan 2 ácidos biliares primarios a partir del colesterol (ácido cólico y ácido quenodesoxicólico), cuando estos ácidos se segregan al lumen intestinal una porción de cada uno se deshidroxila por las bacterias intestinales para producir dos ácidos biliares secundarios (ácido desoxicólico y ácido litocólico). 


El hígado conjuga los ácidos biliares con los aminoácidos glicina o taurina para formar las sales biliares. Esta conjugación modifica el pK de los ácidos y hacen que se vuelvan mucho más hidrosolubles.


Los fosfolípidos y el colesterol: También son segregados por los hepatocitos. Al igual que las sales biliares los fosfolípidos son anfipáticos y ayudan a las sales a formar micelas. Las porciones hidrófobas de los fosfolípidos apuntan hacia el interior de la micela, mientras que las porciones hidrófilas se disuelven en la solución intestinal acuosa.


La bilirrubina: Las células de SER degradan la hemoglobina produciendo bilirrubina que se lleva a la sangre unida a la albúmina. El hígado extrae este pigmento de la sangre y la conjuga con ácido glucurónico para formar glucorónido de bilirrubina que se segrega a la bilis y que es el responsable del color amarillento.


Los iones y el agua: Se segregan a la bilis desde las células epiteliales que revisten los conductos biliares. (1)





Para hablar de su secreción vamos a dividirlo en tres fases:

  • FASE INTERDIGESTIVA

En esta fase se puede hablar de dos cosas, una que el hígado sintetiza ácidos biliares, pero su tasa de secreción es baja, entonces necesita de un refuerzo. Este refuerzo de fluido biliar va a ser dado por la vesícula que sirve como almacén de este.

Lo otro es que hay un problema con este almacén y es que tiene una pequeña capacidad (20 a 60 ml) pero la solución de este problema se consigue concentrando la bilis en la vesícula, para lo cual las células epiteliales vesiculares absorben sodio, cloruro, bicarbonato y agua. Este mecanismo permite concentrar la bilis de 5 a 20 veces.

El transporte activo de sodio es el primer paso del proceso concentrador, siendo absorbidos el cloruro y el bicarbonato para preservar la electroneutralidad. 

El sodio concentrado en los espacios intercelulares, crea un ambiente eléctricamente positivo, por lo que favorece el paso de los aniones en esa dirección y, además, esta entrada iónica supone un gradiente osmótico que atrae al agua de la luz vesicular. 

Se aclara que, durante esta fase, el esfínter de Oddi se encuentra tónicamente contraído y, por tanto, todo el flujo biliar es desviado hacia la vesícula. (2)

  • FASE DIGESTIVA:

Hablamos de esta fase en el período tras ingesta de alimentos, cuando se inician las contracciones en la vesícula biliar, que empujan la bilis hacia el esfínter, lo cual crea una presión que, unida a la relajación parcial de dicho esfínter, permite su evacuación al duodeno, junto con la secreción pancreática. 

Luego se da la liberación de la gastrina que activa la contracción vesicular, aunque débil, pero cuando el alimento rico en grasas y proteínas llega al intestino, se secreta la CCK, que, a través de la circulación esplácnica, actúa sobre la vesícula, contrayéndola. Además, también la liberación de secretina duodenal, en respuesta a la acidez del quimo intestinal, ejerce una acción activadora de la secreción inorgánica biliar, incrementando el flujo biliar y su alcalinidad.

Este vaciado biliar en el intestino, es suficiente para alcanzar la concentración micelar crítica, aunque muchos investigadores piensan que las micelas se han formado previamente en el mismo fluido biliar. (1)

  • RECIRCULACIÓN ENTEROHEPÁTICA

Por último, las sales biliares en el intestino son absorbidas activamente por los enterocitos del íleon pero además, las bacterias intestinales desconjugan y deshidroxilan a estas sales biliares dando lugar a la formación de las sales biliares secundarias (ácidos desoxicólico y litocólico), que por ser menos polares, presentan mayor solubilidad en los lípidos de las membranas de los enterocitos. 

Estos ácidos pasan a la circulación enterohepática y viajan hasta el hígado unidos a proteínas transportadoras. La concentración de ácidos biliares en la sangre portal, es el factor que regula la síntesis y secreción biliar de forma que cuando esta concentración es alta, se inhibe la síntesis y se favorece la secreción biliar (efecto colerético), mientras que si la concentración es baja se inhibe la secreción y se favorece la síntesis biliar.

 En el hepatocito, parte de los ácidos biliares secundarios se hidroxilan y reconjugan, entrando a formar parte de la fracción biliar de ácidos biliares primarios, de esta forma en la secreción biliar encontramos ácidos biliares primarios (la principal fracción), y ácidos biliares secundarios. (2)

 

DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE GRASAS


DIGESTION:

La digestión de los lípidos comienza en el estómago por la acción de las lipasas linguales y gástricas y se completa en el intestino delgado por la acción de enzimas pancreáticas como la lipasa pancreática, la hidrolasa del éster de colesterol y la fosfolipasa A2.


En el estómago las lipasas linguales y gástricas inician la digestión de lípidos hidrolizando aproximadamente el 10% de los TAG ingeridos hasta glicerol y ácidos grasos libres. Un aporte importante del estómago es que vacía el quimo lentamente al intestino delgado proporcionando el tiempo suficiente para que la enzimas pancreáticas actúen sobre los lípidos. 


En el intestino delgado se da el proceso de la emulsión de la grasa gracias a la acción de la bilis que alberga grandes cantidades de sales biliares y del fosfolípido lecitina. 


Las regiones polares de las moléculas de las sales biliares y de la lecitina son muy solubles en el agua, mientras que la mayor parte de las regiones restantes de sus moléculas son muy solubles en las grasas. Así pues, las porciones liposolubles de estas secreciones hepáticas se disuelven en la capa superficial de los glóbulos grasos, en las que se proyectan las porciones polares. Estas porciones polares son solubles en los líquidos acuosos adyacentes, lo que reduce en gran medida la tensión en la superficie de contacto con la grasa, haciéndola soluble. 


La función importante de las sales biliares y de la lecitina en la bilis, sobre todo de esta última, consiste en hacer que los glóbulos grasos se fragmenten con facilidad con la agitación del agua en el intestino delgado. Las lipasas son sustancias hidrosolubles que sólo pueden atacar a los glóbulos de grasa en sus superficies. Así pues, esta función detergente de las sales biliares y la lecitina es muy importante para la digestión de las grasas. La lipasa pancreática es muy importante ya que descompone enlaces de tipo éster (del 1er o 3er enlace éster). Estas atacan a las gotas de grasa sólo en su superficie, la cual ya fue preparada por la bilis. Los triglicéridos de la dieta que se encuentran en estas gotas son fragmentados por la lipasa pancreática en ácidos grasos libres y 2-monoglicéridos. Haciendo a esta enzima, la enzima más importante para la digestión de los triglicéridos. (3)


ABSORCIÓN:


Los productos de la digestión lipídica (colesterol, monoglicéridos, lisolecitina y ácidos grasos libres) se solubilizan en el lumen intestinal en micelas mixtas salvo el glicerol que es hidrosoluble.


Las micelas se difunden hasta la membrana apical (borde en cepillo) de las células epiteliales intestinal. En la membrana apical los lípidos son liberados desde la micela y se difunden a favor de sus gradientes de concentración hasta el interior de la célula. 


Los productos de la digestión lipídica se reesterifican en el interior de las células epiteliales con ácidos grasos libres en el REL para formar los lípidos ingeridos originales, TAG, éster de colesterol y fosfolípidos.


Los lípidos reesterificados en el interior de las células son empaquetados con apoproteínas en quilomicrones. Los fosfolípidos cubren el 80% del exterior de la superficie del quilomicrón, mientras que el 20% restante está recubierto de apoproteínas. Estas se sintetizan en las células epiteliales intestinales y son esenciales para la absorción de los quilomicrones.


Los quilomicrones se empaquetan en vesículas secretoras en el aparato de Golgi, estas vesículas migran hasta las membranas basolaterales produciéndose la exocitosis de los quilomicrones. Estos son muy grandes para entrar en capilares vasculares, pero si pueden hacerlo a los capilares linfáticos moviéndose entre las células endoteliales que revisten que revisten estos capilares. La circulación linfática transporta los quilomicrones hacia el conducto toráxico el cual se vacía en el torrente sanguíneo. (3)




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


  1. Guyton A. y Hall J. Tratado de fisiología médica. 12ª Ed. Madrid; Elsevier, 2011.

  2. Fox SI. Fisiología Humana, 10a edición, editorial Interamericana/McGraw-Hill, Madrid, 2008.

  3. Constanzo Linda S. Fisiología. 4ª Ed. Barcelona; Elsevier, 2011.


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